Visita de panteones 31 de octubre

Este recorrido nocturno el 31 de octubre es una invitación a vivir la magia y solemnidad del Día de Muertos en Oaxaca, un momento único en el que las tradiciones se revelan con todo su esplendor. La noche comienza con una reunión en el Templo de la Merced, desde donde nos trasladaremos en grupo para visitar dos de los panteones más representativos, en comunidades que mantienen viva la esencia de esta celebración milenaria.
La primera parada es en una comunidad oaxaqueña donde el ambiente festivo se mezcla con el respeto y amor por quienes ya no están. Aquí, podrá ver cómo las familias adornan las tumbas con flores de cempasúchil, encendiendo velas y quemando copal, que aromatizan el aire. La música tradicional se escucha en el fondo, mientras los visitantes ofrecen alimentos y bebidas, símbolos de bienvenida para las almas de sus seres queridos que, según la creencia, regresan esa noche para convivir con sus familiares. La comunidad se ilumina y cobra vida en una celebración colorida que exalta la memoria y el cariño.
Luego, nos dirigiremos a otra comunidad en los Valles Centrales de Oaxaca, donde el ambiente es igualmente
conmovedor, pero con un toque diferente. Aquí, los pobladores pasan la noche en vigilia junto a las tumbas, acompañando a sus seres queridos en un ambiente de recogimiento y espiritualidad. La gente se reúne alrededor de las ofrendas, comparten alimentos y, en algunos casos, expresan sus sentimientos en silencio, en llanto o en oración. Cada tumba es un espacio personal y único, decorado con flores, alimentos y fotografías, que forman parte de la memoria viva de quienes han partido. Las velas iluminan el lugar, creando un paisaje de luz y sombra que transmite paz y respeto.
Al final de la noche, regresaremos al punto de partida, después de haber vivido una de las tradiciones más profundas y emotivas de México. Honraremos la vida y recordaremos que, según esta creencia, la muerte es solo una transición a otra etapa. En esta noche de celebración y recuerdo, habremos sido parte de una de las expresiones culturales más ricas y conmovedoras de Oaxaca, un verdadero tributo a la vida, el amor y la memoria.